Transcurría 1963 cuando cinco jóvenes aficionados por la música folklórica decidieron unir fuerzas y formar una agrupación. No tenían más de 15 años, pero desde entonces soñaban con la fama y el éxito. Y aunque no ponían límites a sus sueños, jamás pensaron que aquella iniciativa trascendería más de medio siglo llevando en alto el folklore boliviano. Así es como surgió el grupo Los Chaskas, actualmente conformado por Percy Bellido, Eduardo Chuquimia, Carlos Quisberth, Luis Tirado, Lucas Conradi y Miguel Miranda. Desde sus inicios, hasta ahora, todos músicos empíricos, pero llenos de talento. "Iniciamos con un grupo de amigos de un elenco de ballet folklórico. Al principio nos llamábamos Los Jóvenes del Folklore, pero Micky Jiménez, que era conductor del show de radio Méndez, nos bautizó como Los Chaskas porque teníamos el cabello largo y llegamos despeinados por nuestras motos”, recuerda Bellido, líder de la agrupación. Apenas salían de sus escuelas, cuando caía la noche, los miembros del grupo -entonces conformado por Hugo Eduardo, Basilio Guarachi, Ricardo Mendoza, Gualberto Valenzuela y Percy Bellido- se reunían sin falta para ensayar con diligencia. Su dedicación a este arte les permitió participar, casi una década después de su debut, en el Festival de Viña del Mar 1975, en Chile. Manteniendo su estilo de las melenas largas y los ponchos coloridos, Bellido recuerda que esperaron con ansias la hora de salir a conquistar el escenario. Al principio, la gente apenas se contagiaba con el ritmo. Pero al empezar la segunda canción, Te arrepentirás, el grupo desafiaba al público para que los acompañen con las palmas. Y así fue. Con carisma y espontaneidad fueron denominados "los regalones” de la Quinta Vergara. Fue tal la complacencia de los chilenos que, además de haber hecho bailar al presidente Augusto Pinochet, también recibieron la aclamada Gaviota de Plata, entre lágrimas y abrazos. Además de éste y otros reconocimientos internacionales, como el Festival de Cosquín de Argentina y el encuentro Coatai de México, otra de sus satisfacciones son las giras por Sudamérica, Asia, Europa y Norteamérica, con repertorios que ponían a Bolivia en el mapa musical. Luis Tirado, encargado de los vientos, asegura que Los Chaskas fueron "cultores de la kullawada” en la década de los 70 y ése es uno de los más grandes aportes, además de la estructura de voces de la que todos participan mientras tocan sus instrumentos. Fieles a su estilo, llegaron a componer 400 temas, entre huayños y cuecas, entre otros ritmos, y grabaron 30 discos registrados en diferentes formatos. Temas como Tendrás un altar, Lilian, Recuerdos y Rosita Linda trascendieron décadas con gran éxito entre su público. "Yo crecí con estas canciones. A los 10 años empecé a tocarlas y ahora formo parte de Los Chaskas. Es un orgullo para mí”, expresa el charanguista Quisberth, quien deja escapar una sonrisa. Con el paso del tiempo, la agrupación renovó a los integrantes y dio aires contemporáneos al folklore tradicional que los caracteriza. Bellido asegura que mantenerse fieles a su estilo todos estos años los afianzó en el mercado musical. Fue tal su alcance, incluso fuera del país, que en Japón hay un grupo llamado Kantati, que toca las melodías de Los Chaskas con el mismo empeño que los autores. "Tocar fuera del país es una experiencia única. Es como defender a la patria con nuestra música. La gente disfruta porque es algo nuevo para ellos y lo asimilan más”, comenta con orgullo el guitarrista Chuquimia.
0 comentarios:
Publicar un comentario